viernes, 7 de diciembre de 2012

Wert... un toro bravo...

Wert…  un toro bravo…
No quería entrar al trapo, lo juro, pero es que me lo ponen a huevo.
¡Por la santísima virgen patrona de las sartenes antiadherentes! Como se puede ser tan prepotente!
José Ignacio Wert, eres el tío menos bravo que he visto en mi vida. Simplemente eres un toca-criadillas con un máster en malquerencia.
En cuanto al hachazo a la lengua, has demostrado un odio tan  irracional hacia Catalunya que espantaría al mismísimo Franco, y eso que paquito era de armas tomar en todo lo referente a lo catalán.
Aparte de este encarnizamiento,  estás preparando un borrador de las políticas que se llevarán a cabo en materia de educación que nos hacen retroceder  40 años, ni más ni menos, y encima te sientes orgulloso.
Hoy casi todos los periódicos hablan de tus palabras “Soy como un toro bravo y me crezco con el castigo”
Bien, pues metidos en el terreno taurino le voy a decir una cosa: cuando sale un toro malo se le ponen banderillas negras,  y usted será “muy bravo” pero malo?  malo es un rato largo.
Pretende separar de nuevo a niñas y niños…. Y además SUBVENCIONARLO, imponer clases de religión, algo que la Conferencia Episcopal,  que vive de puta madre, del dinero de todos los Españoles, les lleva reclamando hace tiempo, eliminar la Educación para la Ciudadanía… claro, los jóvenes se pueden confundir  y creer que estamos en un país donde se respete el  artículo 14 de la Constitución y que dice: 
 “ Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”
…claro que puestos así, su gobierno tampoco respeta  ni el artículo, 15, ni el 16, ni el 17, ni el 20, 21,22,23…. y desde aquí os animo a leerlos.
 Y llegamos al 27.
Ahí está la madre del cordero:
Punto 1. Todos tienen derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
Punto 2.La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
Punto 3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
Yo, personalmente, no quiero que mis hijos se desencanten, leyendo primero la vida de un hombre que nació y murió para salvar a la humanidad y que luego vean en la tele lo poco que entendieron sus sucesores.
Esos sucesores que viven a cuerpo de rey, pidiendo para Dios y no dan ni a Cristo, y cuyo máximo representante tiene un caché que ni los Rollins Stones.
No sr. Wert, esa religión no me interesa. Me interesa más la de hombres como el padre Angel, o la madre Teresa de Calcuta, o la de miles de personas bondadosas que SÍ ayudan al prójimo, pertenezcan o no a la Santa Madre Iglesia, ellos SÍ creen en Dios y por voluntad propia.
Quiero que nuestros hijos convivan con humanos de distinto sexo, y que aprendan a respetar  los derechos de las mujeres,  que no se lleven la mano al pecho cuando maltratan, discriminan u odian a los que son diferentes, y sobre todo, que conozcan de primera mano las injusticias que se cometen contra contras etnias, religiones o inclinaciones sexuales.
Los dirigentes del partido popular pretenden adoctrinarnos, españolizarnos,  separarnos, callarnos, eliminar nuestros derechos y nuestra cultura, convertirnos en serviles borregos,  pero no lo conseguirán.
No es usted un toro bravo,  señor, usted no llega ni a cabestro, y como un pésimo toro, le recomendaría a su jefe que lo devuelva a los corrales.

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